Me gusta que Romero, que no es un 'perro viejo', sino un 'burro viejo' , me cuente sus historias. Y no piensen que lo de 'viejo' en uno y otro caso sea algo despectivo, como algunos pretenden atribuir a ese adjetivo que debería resultar entrañable. Viejo, para mí, que escojo lo mejor de las palabras, significa sabio, aquel que ha aprendido de la vida. Romero es un 'sabio' que ha sabido asimilar las enseñanzas que la vida le ha ofrecido. Por eso tiene ojos especiales para reconocer a los 'príncipes destronados' como él les llama.
Cuenta en su bitácora que hace unos domingos recibió la visita de unos galgos a quienes sus nuevos amos les han rescatado de una vida horrible. Porque los que fueron huéspedes de faraones, reyes, príncipes y gentes de renombre, aquellos de quien se sirven algunos humanos sin 'humanidad' ninguna, hoy, cuando no les son útiles para sus egoístas intereses, los abandonan, si no es que les condenan a un destino aún más cruel. No he querido mirar demasiado las imágenes que retratan este final de alguno de estos 'príncipes destronados'. Se refiere al "Galgo español", para alguno de cuyos ejemplares no corren buenos tiempos.
He podido conocer a Flor, una galga rescatada por Cristina, ( Galgos sin Fronteras) y adoptada por Isabel, su mamá. Me ha mostrado sus fotos de 'antes' y 'después' y me he acordado también de otras fotos que me resultan muy, muy familiares. Gracias Romero por contarme estas historias , reales como la vida misma. Flor se siente ahora feliz.
-------------------------
Fuente de texto y fotos: "Crónicas desde el establo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario