- ¡Tanto día de esto, tanto día de lo otro... y nadie dedica una cochina fecha a los perritos! “Dies canis”, que no quiere decir un ‘día perro’, sino ‘día del perro', inculto.
- Y a qué viene ese exordio, Douce? ¿Se puede saber?
- Pues porque no sé por qué llenáis el calendario de fechas para festejar, recordar, regalar, beber, felicitar, señalar no sé cuántos acontecimientos y todavía no se os ha ocurrido pensar en nosotros que os aguantamos cada día, procuramos daros nuestro cariño, obedecemos a vuestros caprichos, os hablamos...
- Alto ahí, para esa lista, que me parece que estás metiendo algo de estraperlo. ¿ Qué es eso de que nos ‘habláis’?
- Pues sí, ¿o es que te crees que sólo existe el lenguaje de las palabras y el de la escritura?. ¿Sabes acaso lo que significa ‘comunicación’?
- Una leve idea tengo o creo tener. Cuando yo estudiaba latín en el colegio me decían que etimológicamente quería decir algo así como “poner en ‘común’ nuestras ideas , nuestras emociones”.
- Pues aplícate el cuento, mi sargento. ¿Tú y yo no ‘común-icamos? ¿No compartimos, sin necesidad de palabras, un montón de sentimientos? ¿Acaso no expreso yo elocuentemente con mi mirada, mis orejas, mi rabo, mi cuerpo entero...: mi alegría, mi impaciencia, mi temor, mi agitación, mis deseos?
- Pues ahora que lo dices, creo que sí. Creo que sin pronunciar una sola palabra me das a entender muchos de tus sentimientos y pienso que si me hubiera interesado un poco más para ‘descifrar tu lenguaje’ podría conocer muchas más cosas de ti. Entiendo muchas posiciones de tus orejas que me indican si estás resignada, si sientes miedo, si esperas algo, si te alegras... Sé leer el lenguaje de tu rabo, cuando se mueve en forma de abanico, cuando lo enderezas, cuando caminas con él algo caído , como resignada, o cuando lo escondes entre tus patas para indicar a otros perritos que tienes miedo o cuando oyes que yo levanto la voz porque has hecho algo que no me gusta.
- Pues sí, ya veo que algo me entiendes. Y si agacho el rabo cuando veo que hablas con más fuerza, es porque tengo algo de miedo a que me riñas, sólo porque no obedezco a la primera y sigo oliendo mis cosas. A veces te comportas como un sargento. Además , hay todavía muchas cosas de mí que no entiendes, así que no te las des de Herr Konrad. Creo que entiendo mejor tu lenguaje que tú el mío y te percibo de más lejos que tú. Vamos que te ‘veo venir’.
- ¿Lo dices porque me ‘hueles’? Y sabes, nada más llegar al portal, si estoy en casa, o me esperas a la puerta cuando notas por el ruido del ascensor que ya llego?
- Por eso y por más cosas, huelo tu tristeza, tu buen humor, tu enfado, tu cariño, tus miedos, tu soledad. Percibo por el tono de tu voz si es una invitación , una orden, una palabra cariñosa, una indicación de ir al agua, o un anuncio de un paseo. Nos comunicamos sin necesidad de palabras, porque las palabras humanas no siempre sirven para comunicar. A veces es una manera torpe de disfrazar los sentimientos, una manera de confundir, de separar. Y no me endoses eso del lenguaje ‘no verbal’ que te estoy viendo venir por la cara que pones y las ganas que tienes de soltarme tu discurso. Ahórratelo, por favor, que te veo venir y no estoy para rollos. De lenguaje ‘no verbal’ sabemos un rato los perritos, somos auténticos maestros.
- Vale , doña sabihonda , creo que debo callarme y empezar a escuchar todo lo que quieren decirme tus silencios.
- Vaya, por lo menos algo vas aprendiendo a mi lado. Escuchar al silencio
[Y ahora que hemos escuchado el silencio, ¿podríamos escuchar la guitarra de Manolo Sanlúcar?]
- Si te empeñas... Pero no olvides que estamos en 'mi' casa, así que no me estropees el 'tocadiscos'.
- Vale.
1 comentario:
En mi ámbito la palabra comunicador está desprestigiada. "Ser un buen comunicador" significa que no sabes hablar ni escribir, pero que hay que decir algo bueno de ti, de todas maneras.
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