Yo no soy una perrita que se apunte a eso de las fechas señaladas para celebrar algo, por narices , pero hoy voy a hacer una excepción para proclamar el feminismo como yo lo entiendo.
- En primer lugar todos los ‘ismos’, sean catolicismos, socialismos, o feminismos, me asustan. Me suenan a doctrina, a afiliación, a gregarismo en una palabra, y a mi me gusta ser femenina singular.
- Yo no soy feminista, soy muy, muy femenina. No imparto doctrina, me limito a ser yo misma, por eso no quiero caer en los mismos vicios de las que emprenden ‘campañas’ y usan las mismas armas que aquellos a quienes combaten
- Para mí la feminidad, no es una cuestión de ‘cuotas’, me suena a concesión, a matemática. La feminidad no es algo que se otorga es algo que se ejerce y que debe tratar de imponerse por sí sola.
- Si para ser femenina tengo que obrar como los ‘machos’, prefiero quedarme como estoy. No necesito regalos de nadie.
- Estoy orgullosa de ser como soy, tierna, inteligente, flexible, intuitiva, con mano izquierda, delicada, segura de ser como soy, sin tener que parecerme a nadie.
- Lo que el mundo necesita no es que las féminas alcancemos a la fuerza el poder. Tenemos nuestra propia manera de ejercerlo, muchas veces en silencio y cuando lo ejercemos solemos ser mucho más equilibradas que la forma masculina de ejercerlo.
- Para cometer las mismas estupideces que los hombres no es necesario ocupar sus puestos. A veces las que ejercen como ‘feministas’ de carnet dicen y hacen las mismas estupidices. No es el poder el que cambia el mundo, es la feminidad bien entendida la que puede cambiar las formas de mandar.
- Podría escribir más sobre mi feminidad, nunca sobre mi feminismo, pero creo que ya me he granjeado el número suficiente de ‘enemigas y enemigos’.
¡Que le voy a hacer, si yo, no nací en el Mediterráneo! (Aunque me hubiera gustado)
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Mi regalo: Un fado de una voz muy femenina
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