Éste que ven aquí, que mira con cara sorprendida se llama Lucas tiene 12 años y vive en un lugar de Galicia. Su primer dueño, que era propietario de un bar y le gustaba poner nombres exóticos porque le parecía más moderno le bautizó con el nombre de Lucky, como si fuera un paquete de tabaco. Este señor de gustos tan 'así', por no decir lo que estoy pensando, un buen día decidió deshacerse de Lucas porque le ofrecieron un cachorro que a él le parecía más guapo. Hay gente así de 'paleta', que les interesa más la facha que el corazón y no saben ver. Seguramente no leen mucho, y sobre todo, no saben ver con los ojos del corazón que es como hay que mirar todo: paisajes, animales, personas. Yo que soy muy leída, hace tiempo que aprendí, como Saint Exupéry, que "lo esencial es invisible a los ojos, que no se ve bien si no se mira con el corazón".
Eso es lo que hizo su actual dueña y es lo que he hecho yo cuando me envió su foto. Y para mí, Lucas es muy guapo, por dentro y por fuera. Además tiene pinta de ser un perro, perro. Y lo digo en el sentido que una perrita puede emplear esa palabra querida de 'perro'. Allá los humanos con sus connotaciones, también para nosotros la palabra 'humano' sabemos que puede tener muchas acepciones.
Les muestro su foto y seguro que me dan la razón. Y si no me la dan, no importa, porque yo sé lo pienso y así lo expreso.
1 comentario:
Mi coleguita
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