Yo, como perrita, que se precia no veo la televisión, a menos que alguien de la casa me indique que aparece algún perrito haciendo alguna gracia. Pero ayer, mientras mi papá comía se fijó en un reportaje en el que se veían algunos caballos con unas enormes trancas de madera atadas a sus pies que les impedían andar y otros que también tenían cadenas que les impedían moverse.Mi papá hubiera preferido que yo no hubiera visto esas imágenes pero cuando se dio cuenta de que yo andaba por allí ya era tarde. No quiso comentarme nada porque al verme había comprendido que yo ya había visto todo y sacado mis propias consecuencias sin necesidad que él hiciera más comentarios.
¿Qué quieren que les diga? Nueve años de mi vida pasadas entre los humanos me ha enseñado lo suficiente para ver con qué ‘ganado’ trato. Como no me gusta nunca generalizar, porque no es justo, y además porque, aunque he conocido humanos desalmados, conozco también humanos que se han portado conmigo divinamente. Diré simplemente que hay humanos, demasiados quizás, que deberían llevar otro nombre para no contaminar a los que tienen sentimientos que sí corresponden a su especie.
Sólo pediría que a individuos así, que tratan de esta forma a unos pobres caballos, les sucediera a ellos algo parecido: que debieran ‘pasearse’ por la calle con enromes trancas atadas a sus pies (¿o son patas lo que usan?), o les ataran ambas piernas con pesadas cadenas para que ejercieran acrobacias cuando cruzaran alguna calle o alguna carretera. No sé si esa experiencia les serviría para reflexionar lo que ellos hacen que a pesar de caminar sobre cuatro patas tienen algo más de cabeza que ellos, o al menos no tienen una cabeza de imaginar tales monstruosidades.
------------------
Ver VIDEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario